LA SANIDAD PÚBLICA, UN DERECHO HUMANO Y UNIVERSAL

Este texto no se ha debatido en la Asamblea Popular de San Mateo. Se publica por su interés y con el fin de tratarlo próximamente. Esperamos la remisión de nuevos textos sobre esta cuestión.

José María Arauz Vélez

Como ciudadano considero que es compatible la responsabilidad y el diálogo con nuestro grito desgarrado sobre la realidad, que siempre supera la ficción de nuestros gobernantes. Las contradicciones y mentiras hacen muy difícil comprender que apenas unos meses después de la entrada en vigor de la Ley General de Sanidad Pública, aprobada por unanimidad de todos los grupos parlamentarios, quede derogado el Régimen Sanitario.

Una vez leído y analizado el Real Decreto-Ley 16/2012, impuesto tanto por el Gobierno Central como por los recortes injustos aplicados en las Comunidades Autónomas en el sector de la sanidad pública, quiero manifestar que dicha disposición es un torpedo en la línea de flotación de uno de los pilares más importantes de la democracia, como es el estado del bienestar. Desde mi humilde opinión, quiero destacar que el modelo sanitario español, los profesionales sanitarios, y los trabajadores en general de este sector estratégico, están reconocidos como uno de los mejores del mundo. Por lo tanto es una falacia decir que la sanidad pública en España es cara;  los datos más actuales, pertenecen al anuario de 2011 de la Organización Mundial de la Salud (página 128 y siguientes). Corresponden al gasto total en Salud como % del PIB del año 2008 de los siguientes países: ESPAÑA 9%, FRANCIA 11,2%,  ITALIA 8,7%, PORTUGAL  10,6 %, REINO UNIDO 8, 7 %, SUIZA 10,7 %, ALEMANIA 10,5 %, AUSTRIA 10,5% y DINAMARCA 9,9 %. Por consiguiente,  este ataque despiadado a la Sanidad Pública, obedece a los grandes grupos multinacionales de la sanidad privada, que saben que, deteriorando a la sanidad pública, tienen asegurado el gran negocio,  aunque los ciudadanos tengamos que recurrir a la beneficencia y a la caridad. En definitiva, dinero e ideología están presentes en este fraude de ley. El derecho a la salud, que está consagrado en numerosos tratados internacionales y regionales de derechos humanos y en las Constituciones de países de todo el mundo, y concretamente en la Constitución Española, en su artículo 43, en la Ley 33/2011 de 4 de Octubre, General de Salud Pública y en la Ley de Salud de Andalucía de 8/1986 de 6 de mayo, tutelan el derecho de los españoles a la protección de la salud y de prestaciones y servicios necesarios.

Por otra parte la OMS reconoce que la sanidad pública es un derecho social y humano que nada tiene que ver con la caridad y la asistencia social. Por todo ello, en vista de la falta  de capacidad de  diálogo de los gestores políticos de la sanidad publica y el disparate tan cruel que están cometiendo  personas que ni tienen formación y conocimiento, basado en la evidencia  científica y como consecuencia de ello, más pronto que tarde los ciudadanos pediremos responsabilidades civiles y jurídicas a consecuencia del deterioro que se está produciendo en los pacientes que  se encuentran en las listas de espera para ser intervenidos  quirúrgicamente  de patologías muy graves, como las que se realizan en el servicio de cirugía cardiaca y en otras patologías que también son necesarias intervenir en un tiempo razonable.

También cabe destacar la lista de espera existente en las pruebas diagnósticas. Considerando que los recortes solo nos conducen al desmonte del modelo sanitario, que a pesar de que todo es mejorable, esta considerado como unos de los mejores del mundo.

Por otra parte, es totalmente injusto el chantaje emocional, el castigo económico y la pérdida de derechos de toda la plantilla orgánica, interinos y trabajadores en general de los centros sanitarios, ante esta violación de la carta universal de los derechos humanos y el secuestro de la Constitución española. Yo me pregunto: ¿qué podemos hacer los ciudadanos? En primer lugar: salir del sofá. Únete con tus vecinos y verás como tu autoestima sube tanto, que defendiendo tus derechos le dirás: ¡basta ya de tanta injusticia! Defiende el derecho a tu salud que en estos momentos está en peligro.